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Los beneficios de una buena silla ergonómica

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Actualmente muchas personas pasamos todo el día sentadas en su lugar de trabajo, ya sea en tareas de oficina, administrativos, informáticos, etcétera. Sin darnos cuenta en acabamos pasando tanto tiempo sentados en la silla de la oficina como el que pasamos durmiendo, así que es tanto o más importante elegir una buena silla como un buen colchón.

Sentarse es una posición que agrega tensión a la estructura de la espina dorsal y no es demasiado bueno para nuestra salud postural. Para evitar desarrollar o tener problemas de espalda, es importante tener una silla ergonómica que soporte bien la parte baja de la espalda y mantenga una buena postura. Recientes estudios indican que 8 de cada 10 empleados experimentan problemas de salud en la espalda a partir de los 50 años, debido no a caídas o golpes, sino a la acumulación lenta y constante de horas en una posición sedentaria y artificial.

Aunque sentarse requiere menos esfuerzo físico que caminar o estar de pie, de todos modos crea mucha tensión en el área lumbar. Los efectos combinados de una vida sedentaria y un trabajo que requiere estar sentado pueden ocasionar varios problemas de salud. En el caso de las personas que trabajan sentadas la selección de una silla adecuada es muy importante para prevenir futuras lesiones.

Una silla bien diseñada permite al usuario sentarse en una posición cómoda. Comprar una silla ergonómica es un buen inicio pero esta debe combinarse con una postura correcta para maximizar sus beneficios.

La selección de la silla adecuada es un paso crítico en la prevención de los problemas de salud para las personas que trabajan mucho tiempo sentadas. Hay que tener en cuenta varios conceptos básicos:

  • Una misma silla no sirve para todos: las dimensiones del cuerpo del usuario deben ser consideradas al seleccionar una silla para que ésta no ejerza presión sobre una parte del cuerpo a la vez que da alivio a otra.
  • Como regla, la altura óptima del asiento es el equivalente a la altura de un cuarto del cuerpo (la relación torso-pierna puede variar mucho)
  • Una misma silla no sirve para todas las funciones, en otras palabras un trabajador industrial necesita una silla diferente a la de un dentista o la de un administrativo.

Hay una silla con mecanismos que ofrezcan las opciones de configurar el mejor ajuste individual, y que garantice:

  • Que las cervicales se puedan relajar de vez en cuando
  • Que la espalda quede bien apoyada en el respaldo
  • Que las lumbares estén bien recogidas
  • Que los brazos puedan reponer esporádicamente
  • Que la pelvis quede bien soportada por el asiento

Asimismo, es recomendable que la silla ergonómica de trabajo no sea excesivamente blanda en el asiento y respaldo, ya que una cierta rigidez ayuda a mantener una postura sana y evita que la silla "acomode" a las malas posturas del usuario .

Finalmente, destacar que es bueno que los respaldos estén hechos de tapizados transpirables e indeformables, de manera que el cuerpo pueda encontrar la mejor regulación de la temperatura en verano y en invierno, evitando que la sudoración natural quede "aprisionada" entre la ropa y el respaldo.

Una forma de sentarse sana y flexible permite que los trabajadores desempeñen su trabajo sin una fatiga excesiva, el resultado de utilizar este tipo de sillas es menos días de ausencia en el trabajo por lesión, y una mejora del rendimiento.